De esta manera, y continuando la línea establecida antaño, los rocanroleros británicos como en el caso particular del Robert Plant y el Jimmy Page de los años noventa, buscaban un ideal primitivo que se remontara más allá de la historia, más allá de los registros, más allá incluso de la transmisión oral, hasta los cimientos de la Tierra. El resultado, un disco fantástico: No Quarter.