También lo ha hecho en la música, con un vanguardista por antonomasia: John Zorn. Escuchar a éste, inspirado por Spillane es como hojear una pila de cómics hardboiled en una tienda de aparatos eléctricos funcionando todos al mismo tiempo, o ver una proyección infinita de series de televisión tratadas por un editor loco en un televisor en el que el brillo y el contraste están a tope de intensidad. Es pura imaginación desbocada, intensa y encantadora.