Las siguientes décadas han corroborado las sensaciones. Hoy es una época de confusión, de falta de compromiso; una donde la persecución de lo banal lo infecta todo, incluyendo el del arte y la cultura en general. Frente a ello resulta conmovedor comprobar que sigue habiendo en el mundo el candor, y que hay autores, grupos, para quienes el coro es el gran paliativo y les da igual vivir en cualquier época, tal es su vocación, tales son sus entusiasmos.