Ya no sólo era una manifestación juvenil, sino que en su dinámico crecimiento se incluían las preguntas por el Ser y Estar de cada uno en el mundo, por la existencia del Otro, por la vida interior y exterior y, debido a estas cuestiones, se experimentó para averiguarlo y la música fue la compañera de viaje y la vocera principal de sus bitácoras, con expresiones, lenguajes y sonidos ignotos. Resultó en una obra maestra.