El papel de la mujer británica dentro del blues fue muy importante, enriquecedor y sobre todo impulsor. A ellas les corresponde en gran medida un sitio en la época dorada del blues-rock. Con nombres como el de Christine Perfect o McVie, Jo-Ann Kelly, Maggie Bell y demás pioneras, las féminas consiguieron instalarse en un nicho aparte como un artículo genuino.
Ellas seguían pidiendo algo que también habían solicitado las blueseras de la primera mitad del siglo XX: que se escuchara lo que cantaban. Ellas trascendieron los arquetipos y los clichés y fomentaron unos nuevos encarnados en la concreción de sus estilos. Porque ellas, como sus semejantes masculinos, resultaron ser “negras del corazón”.