Hacia el final del siglo pasado existían más de 25 mil raíces, capaces de generar 750 mil vocablos. El esperanto puede considerarse como una lengua auxiliar, que no trata de suplantar a ninguna. Desde 1918 se incluyó su enseñanza en las escuelas de Brasil. En 1927 se fundó el Museo Internacional del Esperanto en Viena y la Academia del Esperanto, con sede en Rotterdam, Holanda, tiene como misión estudiar las palabras que se incorporan a su diccionario.