La realizó un grupo que en todo su esplendor, y luego de una tercia de discos muy apreciados (LCD Soundsystem, Sound Of Silver y This Is Happening) y algunas dádivas extra (45:33, los en vivo, y un largo etcétera de remixes y E.Ps), ofreciera el gran concierto de despedida a un saturado Madison Square Garden (con el fabuloso The Long Goodbye, certificándolo) con un público entregado e intrigado a la vez y, más que nada, decepcionado por una desaparición a todas luces incomprensible.