Cuando estamos en estado de relajación permitimos a nuestro cuerpo recuperar el equilibrio, otorgando un espacio a nuestra capacidad de autoregeneración. Es lo que los orientales llaman la capacidad de autocuración, entendida esta como la función de recuperar la energía, la fuerza y el equilibrio en nuestro organismo. Cuando logramos un estado de relajación de manera sostenida, se recuperan ritmos corporales como el sueño, la respiración y la digestión.