En este caso hay dos cuestionamientos que vale la pena hacerse. Uno acerca del papel que desempeña lo visual en la realización; y otro, por el lugar que ocupan las nuevas tecnologías en el trabajo de originar, difundir y consumir un producto musical. Con la llegada del siglo XXI las relaciones existentes entre la música y su recepción han sido modificadas debido a la hi-tech y a la interacción con diversos medios de un grupo como éste.