La diversidad de sus estilos venía de perlas también para distinguirse y provocar a la derecha conservadora sin mayor herramienta. Para la estupidez de los primeros el rock era un arma imperialista, para la del conservadurismo, una obscenidad. Todos esos zurcos de los discos clásicos de aquel año hablaron de cambio, y lo hicieron con un giro continuo de la espiral evolutiva como ejemplo para la música popular. Su enfoque artístico libre y determinado, se significó como pensamiento comunitario frente a filosofías de gobierno, tales como el realismo socialista, el nacionalismo folk, la propaganda fascista, el maoísmo campirano, el comunismo caribeño y el capitalismo puritano.