La música creció ese tiempo en emociones y en objetivos. Hizo audible (y visible), una manera de expresión mediante la cual se hablaba de cómo afectaban las cosas a una generación diferente, que daba los últimos coletazos a una infancia social, inquieta y llena de retos. Buen momento para recorrer, en el recuerdo al menos, las canciones que como sencillos hablaron sobre el significado de las cosas. Fueron reflexiones acerca de asuntos tan caros como la libertad o la mirada personal hacia el mundo, hacia la vida de los otros que enarbolaban un ideal humano, con la observación aguda o la ingenuidad optimista de las que eran capaces los jóvenes compositores.