768. 1975 (Obras que cumplen 50)
Los discos clásicos del género rockero son la muestra más clara de un instante de la historia (de lo musical, de lo humano). Lo que los hace clásicos es también su capacidad para superar la historicidad misma (por calidad, por la certificación artística y temporal) son piezas de todas las épocas y de ninguna.
Son un mito fundacional que no se agota porque se renueva en cada momento de la historia misma, con cada generación de escuchas. Así, en la propia contradicción de ser fruto innegable de una época (hace la friolera de medio siglo) y, al mismo tiempo volverse atemporal, radica su condición paradójica que nos lleva a referirnos a ellos como clásicos. El tiempo pasa rápido y aún reverbera en nuestros días.