Sin embargo, no sólo le interesa dicho estilo, también el jazz de John Coltrane y de Charlie Parker, y con el mismo amor ha llegado a tocar el dixieland. Cuando comenzó a hacerlo profesionalmente había mujeres a las que no se les permitía tocar en grupos de hombres. A ella sí. Si no la tomaban en serio, tocaba tan duro, alto y fuerte que finalmente tenían que hacerlo. Estuvo en grupos de reggae, de pop, de salsa, freejazz, surinameses y brasileños. Pasó de una escena a la siguiente. No obstante, lo más importante que aprendió de todo ello fue a no despreciar nada y a no sostener opiniones puristas.