La ácida negrura de esta máxima es aplicable a la agrupación australiana AC/DC y Bon Scott, una de sus víctimas representativas, quien con el paso del tiempo se convirtió en un mito y cuyo fallecimiento, por congestion alcohólica, fue la catapulta para obtener un escaño en dicho Olimpo así como la inspiración para crear el disco por antonomasia del grupo en los ochenta: Back in Black.