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Contención para niños en situación de crisis

Cuando un niño o niña está asustado, puede ocurrir que tenga pesadillas, miedo a la oscuridad, que se haga pipí en la cama, que quiera dormir con los papás, que tenga dolor de cabeza o ganas de llorar, que se sienta cansado o nervioso. Todas estas reacciones son normales ante un temblor que modifica el ritmo de nuestras vidas. Pero los niños y niñas también deben saber que los adultos están haciendo un esfuerzo grande por reconstruir su ciudad, su vida y la de sus hijos, ser integrados al proceso y saber que ellos y ellas, a pesar de su corta edad, tienen mucho por aportar.