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Entre hombres sin... salud

¿Tus sabes que todos tus esfinteres son el contacto de tu cuerpo con el mundo externo? Por eso los aprietas cuando te ves amenazado.

Parece que no hemos sido educados para escuchar a nuestro cuerpo que siempre dice algo, pero no sabemos escucharlo. A lo mejor tu eres igual con tu cuerpo que con tu pareja, sólo le pones verdadera atención cuando te la hace de tos.

Ya decía mi Tío el Capitán Toño Bejos, cuando le preguntaba cómo estaba debido a su fuerte tabaquismo y me contestaba con ironía: “Mira hijo, me levanto en las mañanas veo el periódico y si no viene mi esquela, me baño y me arreglo” lo importante que quiero compartir de la sencillez y simpatía de este personaje tan querido, es que él decía: “de haber sabido que iba a durar tanto me hubiese cuidado más”.

Él tenía 76 años y fue quien me llevó a reflexionar en que eso nos pasa a la mayoría de los humanos y en particular a los hombres ¿Por qué?

En tu infancia, alguien te enseñó a asearte y procurarte ciertos alimentos y hábitos, para que te mantuvieras alejado de las enfermedades. Tu sistema inmunológico era el escudo con el que podías afrontar las amenazas del exterior ¿cuándo dejaste de creer que eso era bueno para ti?  ¿cuando pensabas que los los doctores y  los que te querían eran unos exagerados?.

La respuesta es que te volviste hombre, y allí empezó todo esta imposición social que te exige demostrar, valor,  fuerza, resistencia, incluso con las enfermedades. Todas estas presiones terminan convenciéndote que fuera del pene, nada es importante.

Ejemplo los dientes, el colesterol, ácido úrico, que sólo son reflejo de tu abuso y descuido. Resulta que el cuello no es solamente para sostener la cabeza, es el puente entre mente y cuerpo