Hablaré de su fundador:
Arístides, El Justo, como llegó a ser conocido, empezó a destacar política y militarmente cuando dirigió, junto con Milcíades, la exitosa batalla de Maratón.
Tal enfrentamiento, si bien culminó la primera Guerra Médica, no fue la batalla decisiva frente a los persas. Empero, dotó a los helenos de una confianza con la que resistieron varios siglos los embates persas, durante los cuales floreció la gran cultura griega, que sería la base del posterior desarrollo del mundo occidental.
Alrededor del año 477, antes de nuestra era, ante el riesgo de nuevos enfrentamientos contra los persas, Arístides y al estadista Cimón organizaron la Liga de Delos.
La constituyeron prácticamente todos los pueblos griegos que circundaban el Mar Egeo.
Arístides creó los estatutos democráticos de la Liga y la administró con eficiencia y honestidad, de ahí su apelativo de Justo. Murió en la pobreza, pues no sólo protegió con honradez el tesoro de la Liga, sino que aportó de su propia fortuna. Herodoto dijo de él:
“es el mejor y el más honorable de los hombres de Atenas”