El gusto hipermoderno.
Horario de transmisión: Todos los martes a las 18:00 hrs. por el 1060 de AM, Radio Educación ,
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Daniel Jonhston es una víctima extrema de lo que los psicólogos llaman trastorno bipolar. Es lo que hace poco se conocía como un piscótico maniaco-depresivo y antaño simplemente como un “loco”. Johnston tiene más de cincuenta años y es un artista outsider de la música, del dibujo y del video.
Aquel año, 1968, fue un periodo fantástico para el rock en general. Aparecieron en escena corrientes, movimientos géneros y subgéneros que enriquecieron el acervo de la cultura popular.
El régimen estalinista checoeslovaco enfrentaba una creciente movilización de la juventud y la intelectualidad. En 1968 la crisis de la cúpula se combinó con el impulso de un enorme movimiento popular. Estalló así la llamada “Primavera de Praga".
La música resultó fantástica en 1968. Con ella no tenía uno que tragarse los sermones que predicaban una radicalidad impoluta, esos que acaramelaban a los integrantes de los comités de lucha.
El año 1968 significó, para los analistas, la cristalización conjunta del malestar obrero, el malestar estudiantil por la educación y la explosión del reino juvenil que estaba cociéndose desde hacía años. “La revolución ¡ahora!” fue el grito fundamental.
La revolución, en la que puede terminar una revuelta, aspira a la permuta en todos los órdenes de la vida, y en cada aspecto es fundamental encontrar a los que busquen una nueva visión del mundo, a los que fundamenten el cambio.
Sonic Youth nació como descendiente del underground sesentero y como hijo putativo del punk, pero solo en la actitud, ya que en cuestión de sonido no admitió comparación con nada. Su música como la de sus antecesores, sacudió los cimientos de la escena de manera irreversible.
En gente como Melody Gardot, oriunda de Filadelfia, la palabra “swing” se transforma en verbo. Porque la carnalidad de su estilo es la manera ideal para describir ese acto de crear una pulsión y el flujo rítmico que constituyen la marca distintiva de una auténtica intérprete del jazz (en este caso con tendencia hacia el pop soul). Y eso lo ha logrado a sus escasos 26 años de edad.
El número 9 representa la cifra 1953 (la suma de sus componentes proporciona tal resultado). Dicho número simboliza la finalidad, los logros, la realización y/o la superación.
Nick Currie es un artista escocés que cuando otros a su edad ya han encontrado su nicho y viven de explotarlo ad infinitum, él opta por la vanguardia y por militar en nuevas corrientes de pensamiento como el altermodernismo, bajo el alterego Momus.
De la India procede una de las familias más activas, ilustres e importantes de la cultura de aquel país. Una dinastía que se ha distinguido por establecer puentes sólidos entre la suya y las de otros lugares del planeta; por vincular sus raíces a la modernidad: los Shankar.
El rock con sus fuertes raíces acendradas en lo popular, en la extravagancia marginal como parte de su esencia, se nutrió de las imágenes subterráneas.
Las canciones del grupo angelino Best Coast son emblemas y resúmenes emocionales, unos que se ubican entre los pliegues de la segunda década de cualquier vida, y que en esta época de mundialización son más homogéneos de lo que se pudiera pensar.
Tras el nombre de DAAU se esconde un original grupo belga que factura una sugerente base jazzística que mezcla la música académica con chispazos de dance, flamenco, tango, tecnología digital y rabia rockera.
Con JJ Cale apareció el “Tulsa Sound”, una combinación de música popular folclórica rural, polka, dixieland y blues que contenía también el rockabilly, complemento de la ya de por sí rica sonoridad regional.
El arte rockero de Mark Oliver Everett, principalmente cuando se encarna como EELS, aspira a lo que Edgar Allan Poe (uno de sus héroes románticos) llamó "Unidad de Impresión".
La historia oficial de la música nunca le ha hecho justicia a Ike Turner, un excelente intérprete del blues, del rythm & blues, del soul y funk en la guitarra, además de ser un compositor prolífico y agudo productor en estos géneros.
El de Damien Jurado es un mundo plagado de afligidos hombres y mujeres con anhelos rotos y vidas desoladas, quienes están a la espera de algo que nunca llega.
Cuong Vu, de nacimiento vietnamita, es un músico aventurero, producto del posmodernismo y de su largo directorio de influencias, urbano, pleno de expresividad y de riqueza instrumental.
Las flores insospechadas de la cratividad brotan en momentos diferentes, hasta en mundos distintos. Esa parece ser la explicación razonable de los actores con una carrera musical intermitente.