Si se quiere, es hacer una “filosofía de banqueta, que por su carácter espontáneo y sincero sirva a los encuestados y a los radioescuchas para reflexionar sobre nuestra condición común. No sólo consiste en hacerlo desde el ángulo de seriedad del indagador, sino también con la veta lúdica de un país que tiene sus propias tendencias al juego, a la broma, a la risa y al “relajo”, como una forma de enfrentar una realidad poco condescendiente.
Estas preguntas y opiniones están enmarcadas por pequeñas dramatizaciones que ilustran la situación en debate, respaldadas por reflexiones de especialistas que abordan los mismos temas, o por pensadores que, desde los libros, nos han legado sus ideas.
El programa es un canto de amor al pueblo mexicano, a su infinita creatividad y desparpajo; a su hermosa solidaridad. Desde luego, habrá zonas oscuras que tendrán que ser abordadas. Igualmente, este espacio radial es una atenta invitación a salir de la pavorosa mediocridad, a la que mucho contribuyen la televisión y sus esquemas maniqueos, de gran pobreza creativa.
Por lo tanto, en este proyecto hay una clara intención de debatir nuestros rostros ancestrales, y rescatar la riqueza cultural de un pueblo que, aunque muchas veces olvidado por gobernantes, establece mecanismos propios de cultura y de gozosa fiesta.
También, es evidente que, ante la saturación informativa, que sólo confunde y que, paradójicamente, desinforma, es necesario un espacio que recupere historias memorables, tan escasas en la actualidad. Que se recupere, en voz de los participantes espontáneos, ese acto primigenio de contar, que la fragmentación urbana pareciera, en muchas ocasiones, eliminar. México es un país de poetas cultos y populares, que deben dar la lucha por comunicar antes de saturar con “información” que, muchas veces, a nadie interesa.
