La lucha del feminismo es diaria y no ha terminado. Y cada día busca alcanzar la igualdad en todos los frentes, detener la violencia, acabar con los feminicidios, derribar, pues, el pensamiento patriarcal y el machismo. No cabe duda que las reivindicaciones de las mujeres son temas urgentes para cualquier agenda de desarrollo, y la de la cultura, como elemento fundamental del desarrollo sostenible, debe incluirlas hoy. Nuestra invitada ha luchado durante años en las trincheras del feminismo, ya sea con la palabra escrita o en los muy diversos medios en los que ha colaborado.
Cuando hablamos de nuestra identidad cultural, ¿Sabemos a qué nos referimos? Es fácil confundir, por poner algunos ejemplos, nuestros hábitos de consumo, nuestro trabajo o nuestro entorno social con aquello que define nuestra identidad cultural. Sin embargo, hay rasgos mucho más profundos que nos construyen. De algunos no somos conscientes, y de los otros muchas veces elegimos los que queremos conservar de acuerdo a nuestro entorno, incluso incurriendo en el rechazo de características esenciales de nuestra personalidad por mero prejuicio.
La historia depende mucho de quién la narre, de su posición ideológica, política, social, incluso personal. En el mundo de la posverdad, de la incertidumbre económica de los medios de comunicación y de las universidades, que amenaza el buen periodismo y la sana sobrevivencia de las humanidades, se vuelve necesario preguntarnos cómo podemos narrar la historia en el presente, cómo se convierte la realidad en historia y la historia en literatura. De esto conversamos con el escritor mexicano Fabrizio Mejía.