651. John Lee Hooker (El boogie del curandero)
Al igual que con Robert Johnson, de quien partió la leyenda respectiva sobre el diabólico “cruce de caminos”, de súbito apareció otra al finalizar los años cuarenta.
Al igual que con Robert Johnson, de quien partió la leyenda respectiva sobre el diabólico “cruce de caminos”, de súbito apareció otra al finalizar los años cuarenta.
Popol Vuh, grupo alemán puntal del krautrock, influyó en muchas otras bandas con su instrumentación excepcionalmente suave pero elaborada, que se inspiró en la música del Tíbet, la India, África y la América precolombina.
Al igual que con Robert Johnson, de quien partió la leyenda respectiva sobre el diabólico “cruce de caminos”, de súbito apareció otra al finalizar los años cuarenta.
Pascal Comelade es un músico poliédrico, sin definición precisa, difícil de clasificar en un apartado genérico (¿rockero ultra, minimalista expandido, innovador insolente?), y haría mal quien lo hiciera.
El rock había sido durante medio siglo un fenómeno de vastas consecuencias en la vida y costumbres de millones de personas en el mundo, hasta ese momento: fin de siglo y de milenio.
B.B. King extraía de su instrumento (bautizado como Lucille: todas sus guitarras se llamarán siempre Lucille) un sonido instantáneamente reconocible.
Haustor fue una banda de rock croata formada en Zagreb en 1977, cuando el guitarrista Darko Rundek conoció al bajista Srđan Sacher y juntos crearon al grupo con Ozren Štiglić (guitarra) y Boris Leiner (batería), para luego agregar al año siguiente al tecladista Zoran Vuletić y una sección de metales, tras lo cual mostraron su influencia de la música caribeña, que añadieron a sus interpretaciones.
El primer single de Elvis Presley titulado “That’s all right”, fue una fusión de música country y blues (llamada desde entonces Rockabilly), que llegó a ser un considerable éxito local y que, asociado con las bárbaras presentaciones que Elvis daba en el podio, se encargaría de que la supremacía del suave y empalagoso pop desapareciera para siempre.
Con Gone Again "Tenía dos opciones -dijo Patti entonces-: pensar en Fred, mi fallecido compañero, y entregarme a un mar de desconsuelo total, u optar por lo positivo, por esa alegría que él emanaba y por la confianza que me ayudó a desarrollar.
Debido a su voz baja, profunda y amenazadora. Lo comenzaron a llamar “Howlin’ Wolf”. Con su técnica en la armónica, además, consiguió atraer la atención de la audiencia y hacerla saltar.
La novela Escupiré sobre sus tumbas, ambientada en los años cuarenta, pertenece a la saga escrita bajo el pseudónimo de Vernon Sullivan, un supuesto escritor afroamericano de piel clara.
Charlie Musselwhite, a quien nunca le ha gustado la nostalgia y con cada disco apunta su valor de actualidad, aceptó la reunión con Ben Harper y en dos obras (Get Up!, publicado en 2013, y No Mercy in this Land, del 2018) enseñaron que, además de constituirse en un binomio musical formidable, representaban la alianza y simbiosis del blues entre dos apasionados musicales de generaciones distintas.
En 1877, al inicio de la Revolución Industrial, dentro de un laboratorio privado cerca de Nueva York, el inventor Thomas Alva Edison descubrió que era posible guardar el sonido con cilindros grabados en cera. Bautizó su aparato como "fonógrafo".
“La canción 'People Have the Power' fue muy importante para Fred, mi esposo. Realmente nos compenetramos con esa canción. El concepto y el título eran suyos. Fred tenía muchas ideas para canciones de orientación política.
Para la gira Byrne decidió poner a prueba nuevas ideas en el escenario. Pensó en el asunto como una puesta teatral, haciendo de todo ello una experiencia visual más emotiva. Incorporó elementos escenográficos, coreográficos y de vestuario (adaptando a su estilo el enorme traje blanco inspirado en el teatro Noh japonés).
Son pocos los guitarristas de blues que con un riff aparentemente simple (como el de “Dust My Broom”) impusieran parámetros tan influyentes. Uno de ellos fue el bluesman Elmore James, quien además fue un estupendo cantante. Hacía deslizarse por las cuerdas a la bottleneck, como ningún otro hasta entonces.
The Divine Comedy, producto de una vasta cultura individual, es un proyecto musical en el que por sus letras transcurre poesía moderna, romántica y simbolista, literatura de entre siglos; pintura prerrafaelita, expresionista y abstracta; cinefilia (surrealista, nouvelle vague, musical y de época) y el pop barroco contemporáneo