Lo dicho: el rock recurrió a Kafka para comprender la transformación personal de sus individuos en el ejercicio genérico; para matizar la experiencia de la metamorfosis expresiva en las obras.
Kind of Blue es la historia de una visión extraordinaria. A partir de entonces nada sería lo mismo para el jazz ni para Miles Davis. Fue un disco que lo transformó todo, no sólo para el género sino para esa forma de arte en general.
Por aquel entonces una pieza en escena era breve por lo regular. Pocos grupos contaban con la habilidad o la inventiva necesaria para permitirse una improvisación excesiva. Cream lo hacía y en abundancia. La palabra clave de su credo era ésa: improvisación.
Existen músicos que logran ponerte de pie cuando ya crees que no volverás a hacerlo, te ponen el interior en movimiento aun cuando consideras que ya no quieres hacerlo, y te muestran la emoción incluso cuando sientes que ya la has comprendido o vislumbrado.
Dentro del rock, uno de los mejores grupos yugoslavos (croatas) fue Azra. Su líder, Branimir Stulic, fue uno de los personajes más interesantes y contradictorios aparecidos en el punk yugo.
Para el balkan beat la música es un lenguaje anterior a la palabra y la suya está hecha de mezclas, interrelaciones e híbridos en una zona donde los muy nacionalistas y fundamentalistas exigen pureza. Por lo tanto, es combatido como si del “mal” mismo se tratara.
La influencia Beatle en Brasil motivó la creatividad de un grupo de músicos y compositores involucrados en la tarea de enganchar a su país a la modernidad a través del movimiento Tropicalista: Os Mutantes.
Hay escritores con los que te identificas de manera perdurable; que con su visión del mundo te vuelves cercano y empático con ellos, porque expresan de forma inmejorable emociones que has sentido.
Miles Davis improvisará sobre aquellas imágenes y aquel rostro (del que por cierto se ha infatuado, lo mismo que del resto del cuerpo y personalidad). Pero también lo ha hecho de aquel discurso fílmico. Louie Malle lo entiende y acepta la propuesta.
La guitarra eléctrica fue (es) el corazón del rock and roll y en eso tuvo que ver Les Paul, pues logró que el instrumento se convirtiera en un objeto que además de funcional, resultara atractivo. Al buscar la perfección del sonido también encontró la perfección visual.