John Mayall, en este álbum, hizo gala de orquestación e inspirado liderazgo: hubo piano, órgano y armónica (bajo su brillante peculio), solos de batería (Hugie Flint), bajos presentes y ampulosos (John McVie), un uso discreto, justo y preciso de los metales; puso en relieve la guitarra de Clapton y lo instó a cantar por primera vez en “Ramblin’ On My Mind”.