En el rock & roll, al comienzo de su tiempo, se encuentra una onomatopeya y sólo una por sobre todas las demás cosas que se han ido acumulando, cuya expresión que retrata la emotividad y la salvaje energía que posee el género: “¡A-womp-bomp-a-loom-op-a womp-bam-boom!”, que abre el tema clásico “Tutti Frutti” de Little Richard. A la que siguió la no menos popular “Be-Bop-A-Lula” del igualmente peligroso Gene Vincent.